lunes, octubre 24, 2005

Interacción de los niños...

...con sus compañeros. (Artículo extraido del diario El Tiempo)

El mejor indicador de su adaptación social y emocional, entonces, no es la inteligencia ni el comportamiento que tenga en el colegio.

Los niños que son destructivos y agresivos, así como aquellos más inhibidos que no logran hacerse un lugar en la cultura infantil, están en un mayor riesgo de tener problemas emocionales en el futuro.

Hay dos factores que son clave para evaluar si su hijo está teniendo un buen desarrollo social. El primero es la aceptación por su grupo de iguales. Esta, habitualmente, se produce cuando el niño tiene un comportamiento cooperativo, se comunica fácilmente con los otros y no presenta ansiedad social.

El segundo factor es la presencia de amistades, donde hay una mutua relación de profunda intimidad entre un niño y otro, en la que ambos se benefician.

Normalmente detrás de un pequeño con un buen nivel de aceptación social se ha descrito que hay una familia con padres cálidos, cercanos y que están preocupados de dar espacio para el desarrollo de la autonomía.

Otros elementos que influyen en el desarrollo social en la infancia y en la adolescencia son las oportunidades que tienen los niños de estar y jugar con otros.

Los que no cuentan con esta posibilidad suelen quedarse aislados en relación con su grupo social y experimentan sentimientos de exclusión. En este sentido los hijos únicos están en una cierta desventaja. Por eso es importante ayudarlos a que compartan tiempo con otros niños.

La familia debe asumir que tiene un papel importante en el desarrollo de la sociabilidad de los niños, y que puede ayudarlos a convertirse en personas más comunicativas, entretenidas y altruistas. Eso hará que el niño sea más atractivo y querido por sus compañeros.

Si su hijo tiene problemas en el área social estimúlelo, pero no lo presione excesivamente porque será contraproducente; si sus esfuerzos no dan resultado, pida ayuda. Ser excluido del grupo es una situación dolorosa en la infancia y en la adolescencia .

El hijo único
Benjamín, de 9 años, es el hijo único. Sus padres están muy centrados en sus logros profesionales, y aun cuando ellos son buenas personas y lo quieren mucho, destinan poco tiempo para conversar con él.

Por eso el niño estuvo pasando por una gran sensación de aislamiento y soledad. Se sentía rechazado por sus compañeros cuando en realidad no lo era, simplemente él no respondía a los llamados e invitaciones de los niños que terminaron desistiendo porque lo encontraban un poco aburrido.

Los padres buscaron consejo y se pusieron en la tarea de ponerse al tanto de los intereses de su hijo. Lograron que tuviera contacto con otros niños.

Favorezca el desarrollo
Ayude a los niños a tener comunicación verbal teniéndola con ellos, cuidando que esta sea afectuosa, de manera que el pequeño pueda aprender con ejemplo a ser socialmente competente.

Permita que tenga contacto con otros niños de su edad a través de invitaciones y permisos.
Trate de tener una sincronía emocional con lo que le sucede a su hijo, de manera que perciba lo que le pasa. Esté al tanto de sus preocupaciones y sentimientos.

Enséñele estrategias sociales para integrarse. Por ejem-plo, a manejar las dificultades que se le presentan en la relación con otros, el estrés que produce hacer amigos o a no ceder con asertividad (decir lo que piensa sin perder el respeto a los que opinan de otra manera) a la presión de grupo.

Muéstrele cómo hacer cumplidos, pedir disculpas o permiso, sonreír, mirar a los ojos cuando habla o escucha a alguien o hacer preguntas inteligentes. Todo eso es importante.

Fuente: María Elena López, psicóloga
NEVA MILICIC*EL MERCURIO (CHILE)* Psicóloga clínica y educacional, doctorada de la Universidad de Gales y autora del libro ‘Déficit atencional’.

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