viernes, noviembre 25, 2005

Palitos Chinos

Esta historia comienza un par de semanas atrás cuando junto con unos compañeros de la oficina decidimos ir a almorzar al restaurante Chino Toy Wan que está ubicado a unos metros de la oficina sobre la Calle 100 arriba de la Avenida 15.

El almuerzo delicioso y abundante en exceso. Fue la ocasión para conversar con mis colegas de Costa Rica sobre algunos planes interesantes a desarrollar en Colombia. Entre todo lo que ese día nos dieron, nos entregaron a cada uno un juego de palitos chinos o chopsticks como los que aparecen en la imagen.

Yo decidí llevar los palitos a la casa para enseñárselos a Sarita. Los palitos quedaron extraviados en algún lugar y nunca se volvió a saber de ellos hasta esta semana en la que estando yo de viaje por Medellín me llama Alex y me cuenta que Sarita los encontró, se puso a jugar con ellos y en el momento menos pensado, se estaba enterrando accidentalmente uno de los palitos en el ojo izquierdo.

Cuenta la mamá que el susto fue tremendo. El ojo se le puso rojo. La niña lloró mucho por el susto y el dolor y le apareció una mancha roja en la esclerótica del ojo que es la parte blanca, justo donde se chuzó. Alex me llamó angustiada a Medellín a comentarme el asunto y luego a la doctora Lis quien recomendó llevarla a urgencias inmediatamente y así lo hizo.

Al final, se encontró que no había nada de qué preocuparse. La manchita se iría desvaneciendo con el tiempo. Ni siquiera era necesario aplicar gotas o medicamento alguno. La cuestión no pasó de ser un susto pasajero. Todo volvió a la calma.

Es que ahora que ya empezamos a tenernos confianza en esto de ser papás, se da uno cuenta que no se puede tener confianza. No, no es un trabalenguas. Cualquier par de palitos Chinos o similar artilugio puede resultar siendo potencialmente dañino. Jamás se confíen.

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